Donde la población guatemalteca más del cincuenta por ciento son mujeres, en este día de reivindicación de derechos de las mujeres es necesario retomar varios temas tales como las mujeres que pertenecen a minorías, también las entradas en años, las que tienen discapacitadas, las profesionales, etc, etc.
Las mujeres profesionales no son tomas en cuenta para las decisiones, esto hablando del ámbito público como privado. Una mujer que con mucho esfuerzo llega a ser jefa de un departamento, ve como su sueño se va por la borda cuando su equipo son solo hombres, ella tiene que lidiar todos los días con el cotilleo de la oficia con frases como “Con quién se habrá acostado” “Porque es ella la jefa, si yo podría hacerlo mejor”, “Cómo habrá obtenido el trabajo? “ Es amiguita de…”.
Ella tiene que probar su profesionalismo cada día, demostrando que está por capacidad y no por favores sexuales, aunque no le crean, aunque la boicoteen no acatando jerarquías, incumpliendo con lo requerido a fin de que los jefes superiores se den cuenta que ella no merece estar en ese puesto y sea despedida, simplemente porque el aparente equipo no quiere ser dirigido por una mujer.
En muchos de los casos lo logran, logran que la directora de departamento sea retirada de sus labores, solo por el hecho de ser mujer y porque no les gusta ser dirigidos por mujeres. Pero deconstruir este tipo de actuar que no pertenece solo a hombres sino también a mujeres es muy difícil.
Las mujeres ganan mucho menos que los hombres, es una forma de demostrar que el poder lo siguen manteniendo ellos, como lo dice la última investigación del Foro Económico Mundial que deberá pasar 257 años para cerrar la brecha económica existente.
Los espacios políticos es otro buen ejemplo, ellas están relegadas al segundo plano, la dirección en su mayoría de casos es para ellos. Los primeros puestos políticos figuran los hombres y para llenar requerimientos colocan a una mujer si bien va. Mujer que se atreva a levantar la cabeza, es mucho más criticada por sus errores en comparación con los hombres.
A ellos se les aplaude, se les justifica, reciben apoyo tanto de la población masculina como de la femenina. Es tiempo de que en pleno siglo XXI exista equidad de género, que exista empoderamiento de mujeres para mujeres, que las autoridades inviertan más en el desarrollo integral de las mujeres y niñas tanto en el área urbana como en el área rural.
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